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Durante la semana 23 del embarazo, lo que serán los huesos de tu bebé se están formando. Aproximadamente a partir de la semana 23 del embarazo, el esqueleto cartilaginoso del bebé se va endureciendo para convertirse, poco a poco, en tejido óseo. Un proceso que se inicia en el centro de cada hueso, para ir expandiéndose hacia los extremos del mismo.

Ahora ya mide algo más de 20 centímetros y su peso está rondando el medio quilo. Aunque desde hace alguna semana empieza a acumularse grasa en su cuerpo, aun no lo ha hecho en cantidad suficiente para tensar su piel. Por ese motivo presenta todavía un aspecto arrugado.

A partir de la semana 22 del embarazo puede empezar a decirse que los sentimientos de tu bebé van a nacer antes que él.

¿Cómo puede ser eso, te preguntarás? Pues porque a partir de estos momentos de tu embarazo, aproximadamente, su sistema límbico está en pleno desarrollo. Se trata de una estructura ubicada en su diminuto cerebro que se encarga de gestionar las emociones y los sentimientos.

Debido a ella, el bebé puede empezar a notar cambios en su estado de ánimo. Puede ser que se sienta contento o enfadado, según los estímulos que recibe desde el exterior. Por eso puedes empezar a comunicarte con él, mediante caricias en tu abdomen y hablándole con todo cariño.

Hemos llegado a la semana 21 del embarazo. Al comenzar la segunda mitad de tu embarazo la novedad más destacada es que, normalmente, tu bebé está cada vez más activo. Es por ello que notas sus movimientos con mayor frecuencia.

Ahora, ya mide unos 18 centímetros y su peso estará acercándose o superando por poco los 300 gramos. Algo que, junto al aumento de tamaño del útero, hace que tu barriga de futura mamá sea cada vez más evidente.

En esta semana 20 del embarazo has llegado a una semana destacada en el transcurso de tu embarazo. Por dos motivos. El primero: esta vigésima semana representa, normalmente, la mitad del periodo de gestación.
El segundo es que durante estos días acostumbra a realizarse la ecografía morfológica. Una prueba que permite examinar toda la anatomía del feto. Con ella se toman sus medidas precisas y se observa detalladamente cada uno de sus órganos.

También se examina la placenta para comprobar que su estado sea normal y no bloquee la salida del bebé, así como el volumen del líquido amniótico.

Durante la semana 19 del embarazo, es importante que la futura mamá establezca hábitos de vida saludables tanto en su alimentación, descanso, hidratación como con la práctica de ejercicio moderado para evitar el hinchazón de piernas que la retención de líquidos puede ocasionar.

Al llegar a la semana 18 del embarazo puede que ya estés empezando a notar los movimientos de tu bebé. No te preocupes si aún no es así, ¡pero prepárate porque ocurrirá en cualquier momento!

Ello se debe a que el feto sigue aumentando de tamaño, ya mide algo más de 14 centímetros. También aumenta su peso, que ahora ya estará por encima de los 150 gramos.

Paralelamente a esos incrementos de peso y altura, su musculatura se va fortaleciendo y empieza a moverse con mayor frecuencia.

En solo siete días tu bebé ha ganado unos 20 gramos de peso. ¿Cantidad insignificante? ¡Nada de eso! Piensa que ha pasado de 80 a 100 gramos, es decir, ¡más de un veinte por ciento de aumento!

Pero ese no es el único cambio significativo. Ya mide entre 12 y 13 centímetros y todo su cuerpecito está recubierto por una sustancia grasa y blanquecina llamada vérnix caseoso. Su finalidad es la de proteger la piel del bebé y, por ello, estará presente hasta el final del embarazo.

Además, su oído comienza a estar lo bastante desarrollado como para que empiece a percibir, a través de tu cuerpo, sonidos procedentes de lo que, para él, es el exterior. Ahora, la mayor parte del tiempo está en una posición semiflexionada, con las manos más o menos juntas a la altura de la barbilla y los pies cruzados.

Durante la semana 16 del embarazo, el futuro bebé ya responde a estímulos externos y a coordinar movimientos. Empieza a ser capaz de mantener erguida la cabeza y de actuar sobre los músculos del rostro. Es también en la semana 16 del embarazo que el cuerpo de la madre empieza a acostumbrarse a los cambios del nuevo estado y en general empiezan a disminuir las náuseas iniciales.

El Test Prenatal en sangre materna permite diagnosticar si puede existir alguna alteración cromosómica en el bebé. Es un test de alta fiabilidad, y a diferencia de la amniocentesis, no es invasivo.

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