Durante la semana 39 del embarazo, los músculos del bebé se han fortalecido. Puede notarse, por ejemplo, en como mantiene la cabeza erguida, separada del pecho. Los pulmones y el cerebro del bebé siguen el proceso de maduración hasta el instante del parto. Sus ojos ya están formados por completo, pero aún necesita que las conexiones neuronales terminen su desarrollo para poder enfocarlos.
Durante la semana 38 del embarazo los niveles hormonales de tu bebé y sus movimientos respiratorios están aumentando. De este modo, tras su nacimiento, podrá soslayar las dificultades al respirar y mantener la presión sanguínea y el nivel de glucosa.
Porque, a estas alturas, está listo para su vida fuera del útero
A partir de la semana 37 el bebé ya puede nacer sin ser considerado prematuro. La mayoría de los fetos ya tienen la cabeza encajada entre los huesos de la pelvis, al inicio del canal del parto.
Alrededor de la semana 36 del embarazo, se produce también un aumento de la cantidad del flujo vaginal. La embarazada puede empezar a notar contracciones debidas al encajamiento del bebé. Muchas veces se producen al caminar o subir escaleras y van acompañadas de endurecimiento irregular de la barriga. Se trata de las contracciones de Braxton Hicks, que no hay que confundir con las propias del parto. No son dolorosas, ni rítmicas, ni se producen a intervalos regulares.
Hace ya semanas que los ojos de tu bebé se ven abiertos en las ecografías. Pero eso no implicaba que pudieran ver. Es ahora a partir de la semana 35 del embarazo cuando ya el feto empieza a enfoca, parpadea y dirige los ojos de una manera coordinada.
Aunque pasa mucho tiempo durmiendo, el desarrollo de su cerebro y su sistema nervioso se acelera durante estas semanas. Ya mide más de 46 centímetros y pesa unos dos quilos y medio.