El diagnóstico precoz: la mejor forma de prevenir el cáncer ginecológico
Existen diferentes tipos de cáncer ginecológicos y cada uno de ellos tienen unas características específicas.
El Carcinoma de Mama es el más conocido y su índice de supervivencia ha aumentado mucho en los últimos años gracias a las técnicas de detección precoz y las mejoras de los tratamientos médicos acontecidas.
El Cáncer de Cuello de Útero es menos conocido. La principal causa del mismo es por infección del Virus del Papiloma Humano, un virus de transmisión sexual. Gracias a la nueva vacuna y a sus mejoras continuas para que cubra cada día más cepas del virus, este cáncer ha disminuido su incidencia en la sociedad.
También existe el Cáncer de Útero, una tipología de carcinoma que presenta sintomatología (pérdidas vaginales, etc.) que permite que se detecte de forma precoz y se trate de forma rápida.
Finalmente tenemos el Carcinoma de Ovario, probablemente el más peligroso de todos debido a que es un carcinoma de difícil diagnóstico porque no presenta síntomas y cuyo tratamiento debe pasar a veces por cirugías muy radicales.
Asimismo, no existe un modo de prevención propiamente dicho. Desde luego, los hábitos de vida saludables pueden reducir un poco las probabilidades de sufrir un cáncer de esta tipología pero no es un factor determinante.
La clave es la detección precoz. De la misma manera que en el cáncer de mama la mamografía y la resonancia magnética se han establecido como controles habituales entre las mujeres, las citologías y revisiones anuales con su equipo de ginecología son el único modo de detectar precozmente un Carcinoma de Ovario.
Desde Clínica Ginecológica, recomendamos realizar una visita anual de control con su ginecólogo y el uso de la Vacuna del Virus del Papiloma Humano en mujeres antes de su primera relación sexual.