Métodos de detección precoz

La detección precoz del cáncer, consiste en el diagnóstico que se realiza en los estadios iniciales de esta enfermedad. Lo que la hace tan importante es el hecho de que viene acompañada de una supervivencia superior al 80% a 5 años vista.

Para la detección precoz del cáncer de mama, se llevan a cabo programas de cribado en la población. Estos se realizan a través de la mamografía, capaz de detectar lesiones de mama incluso dos años antes de que estas sean palpables y mucho antes de que afecten o se diseminen hacia los ganglios o hacia otros órganos.

Además de la mamografía, por ejemplo en el caso de mujeres jóvenes o cuando las mamas sean muy fibrosas, se recomienda complementarlo con una ecografía mamaria.

Cuando mediante técnicas de diagnóstico por imagen se detecta un tumor y éste es palpable, se procede a practicar una biopsia o muestra de tejido tumoral. Ésta normalmente se puede practicar en el mismo servicio de radiología y existen distintos procedimientos para obtenerla.

Uno de estos procedimientos es la estereotaxia, una biopsia realizada con una aguja y bajo control radiológico. Con la muestra de tejido que se ha obtenido, se realiza un estudio histopatológico del tumor i de diferentes datos individuales, y es con todos estos resultados que podremos determinar el tratamiento más adecuado y personalizarlo.

Existen otros estudios complementarios que también se pueden realizar, entre ellos hay la resonancia nuclear (RM), la gammagrafía ósea el PET/CT scan y otros.

Por último destacar la Tomosíntesis o mamografía en 3D. Consiste en una nueva tecnología que fusiona dos métodos ya existentes, la Mamografía Digital 2D y la Tomografía. Con ello el nivel de detección de cáncer de mama es superior a la mamografía convencional. Aún así, es una técnica muy novedosa que todavía no se realiza en la mayoría de centros hospitalarios, por lo que será el ginecólogo junto al radiólogo quienes consensuaran qué técnicas diagnósticas son las más adecuadas a cada caso.