La bicicleta y los genitales

Una de las actividades más apreciadas del verano son las largas salidas en bicicleta por caminos, valles y montañas. Son muchas las personas que practican este deporte y que, sin embargo, no toman las precauciones necesarias para evitar riesgos para su salud genital.

Los sillones de las bicicletas pueden llegar a comprimir los nervios y vasos sanguíneos del perineo (el suelo de la pelvis), necesarios para el correcto funcionamiento de los órganos sexuales. Dos estudios científicos realizados recientemente han puesto sobre la mesa la realidad de esta afirmación: la presión del asiento de la bicicleta puede causar problemas en la sensibilidad genital.

Los estudios demostraron que las mujeres habituadas al uso continuado de la bicicleta, incluida la estática, tenían una menor sensibilidad genital. En realidad, muchas de ellas se quejaron de adormecimiento y pérdida de la sensibilidad del área genital.

Hasta no hace mucho, no se relacionó una variable con otra pero recientemente se ha llegado a descubrir que el factor más determinante era la posición del manillar. Si el manillar está situado a un nivel más bajo que el asiento, la presión sobre el perineo aumenta debido a que la mujer debe inclinarse más hacia adelante y con ello se incrementa la pérdida de la sensibilidad.

Si usas habitualmente la bicicleta, asegúrate que el manillar y el asiento están en la posición correcta para minimizar al máximo este riesgo, adaptándose correctamente a tu anatomía y consiguiendo la posición del cuerpo más óptima.

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