Cáncer de cérvix uterino: tercer cáncer más frecuente entre las mujeres.
El cáncer de cérvix uterino
El cáncer de cérvix uterino afecta el cuello del útero, que es la parte del útero que conecta con la vagina. A nivel femenino es el tercer cáncer más frecuente y su incidencia varia en función de la situación geográfica.
En 1980 se descubrió que el cáncer de cuello de útero era causado por el Virus del Papiloma Humano (VPH). En concreto, hay dos genomas del ADN del VPH que provocan el 70% de las lesiones cervicales invasivas y se conocen con el nombre de “oncogénicos”.
Desde la identificación de este virus se han descubierto nuevos métodos de exploración del cérvix que han permitido nuevas estrategias de diagnóstico, cambio en las indicaciones del tratamiento e incluso la creación de una vacuna de prevención. En un futuro se aplicarán nuevas tecnologías clínicamente validadas con el objetivo de reducir el cáncer de cérvix.
Prevención mediante el Cribado
El cribado de mujeres sanas mediante citología cervical ha llegado a conseguir la reducción de hasta un 80-90% de la incidencia del cáncer de cérvix. Puesto que con esta prueba médica adecuada y rutinaria se detectan los cambios tempranos en las células anormales del cuello uterino que puede causar la infección del VPH.
Infecciones del VPH por transmisión sexual
La infección por VPH del epitelio ano-genital es una de las enfermedades de transmisión sexual más persistente y es el virus que más frecuentemente se transmite por esta vía. Más de dos tercios de los adultos jóvenes adquieren el VPH durante los dos primeros años de actividad sexual.
La mayor parte de las infecciones son asintomáticas, es decir, que el paciente es portador del virus pero no experimenta los síntomas, y transitorias donde el virus desaparece en el transcurso de 24 meses.
Estas infecciones se detectan con test específicos de detección viral, las pruebas constituyen un marcador muy sensible y precoz del riesgo de cáncer o futuras lesiones. Y en relación con las vacunas, no deben sustituir las revisiones ginecológicas ya que no protegen al 100% de los VPH ni de otras enfermedades de transmisión sexual.