Cuida de ti y de tu bebé este verano
El verano conlleva ciertos riesgos para un bebé. Es mucho más sensible a las altas temperaturas, al sol, a los cambios de rutinas o al cloro de la piscina.
Sin embargo, si tenemos en cuenta unas cuantas “reglas veraniegas”, el pequeñín pasará estos meses fresco, bien hidratado, feliz y disfrutando de esta estación.
La Dra. Sol Weil, ginecóloga de la Clínica Ginecológica – Hospital Quirón Teknon nos ofrece algunos consejos para cuidar nuestra salud y la del bebé.
La leche materna ayuda a evitar la deshidratación
En el verano con las altas temperaturas y la intensidad de los rayos UV es muy importante proteger a tu bebé de la insolación, la deshidratación y las quemaduras solares.
Los bebes menores de 6 meses que exclusivamente se alimentan de leche materna no necesitan aportes de agua o zumos. La leche materna contiene un 90% agua y le aporta la cantidad suficiente para no deshidratarse. Es más, en el caso de suministrarle algún otro tipo de líquido, podría generarle alguna especie de contaminante.
En el caso de los bebés mayores de 6 meses, la situación es diferente. En este caso sí se les puede dar zumos de frutas, sobre todo, que estén bien diluidos.
Es la madre quien deberá incrementar su consumo de líquidos para estar bien hidratada durante el verano. Se recomienda ingerir entre 2 y 3 litros de agua al día.
¿Cómo saber si tu bebé está bien hidratado?
Un bebé bien hidratado debe mojar entre 6 y 7 pañales al día. La orina debe ser clara e inodora y debe hacer caquita con frecuencia.
Otras recomendaciones
Las recomendaciones para mantener a los bebés frescos y protegerlos de quemaduras solares son:
- No exponerlos directamente al sol, sobre todo, entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde
- Usar protectores solares SPF 50 o superior a lo largo del día y aplicar en diferentes ocasiones
- Colocarle sombreros de sol con ala ancha para proteger su cabeza y cuello
- Realizar juegos en piscina infantil, pero siempre a la sombra
- Mantener su habitación fresca a lo largo del día
- Usar la habitación más fresca para amamantar al bebé. Aquella donde el aire circule de forma uniforme
- A la hora de dormir, vestirlo con poca ropa. Incluso sólo con el pañal.
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