Incontinencia fecal

Después de un parto vaginal traumático, es habitual que las pacientes acudan a nuestra consulta con problemas de incontinencia urinaria de esfuerzo o una amplitud vaginal que les incomoda en las relaciones sexuales.

Una de las preguntas que realizamos posteriormente es su situación en cuanto a la evacuación de las heces. ¿Cuesta retenerlas? ¿Se escapan los gases? La respuesta suele ser afirmativa.

Si durante la exploración se detecta una disfunción del suelo pélvico, como un desgarro del periné o una lesión del esfínter, nos encontramos con un deterioro de los músculo elevadores del ano que ha perdido el tono adecuado para retener las heces.

¿Qué es la incontinencia fecal?

La incontinencia fecal es la pérdida en el control de las evacuaciones líquidas o sólidas y también de los gases debido a que los músculos que rodean al recto no tienen el tono adecuado para retenerlas. Esto  lo que conlleva una situación de incomodidad e inseguridad para la paciente al no poder controlar de manera adecuada su tránsito intestinal.

¿Cuándo puede aparecer?

Puede aparecer después de un parto traumático debido al deterioro muscular resultante o en mujeres en periodo de menopausia debido a la disminución del colágeno.

¿Qué solución tiene?

Inicialmente se aconseja una fisioterapia del suelo pélvico, en un intento de  recuperar el tono muscular perdido, tanto para los problemas de incontinencia urinaria como la de las heces.

Cuando la fisioterapia no es suficiente, se requiere entonces un tratamiento quirúrgico, consistente en reparar el deterioro de los ejes de sostén del suelo pélvico.

En los casos que venga acompañada por un prolapso uterino como el cistocele o el rectocele, se deberá realizar una cirugía con mallas para favorecer un mejor sostén de las estructuras musculares y ligamentarias que se encuentran deterioradas.