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11.02.2014
Clínica Ginecológica

Historias de pacientes con disfunción del suelo pélvico

La mayoría de mujeres que padecen trastornos relacionados con alteraciones del suelo pélvico no consultan y no buscan un especialista  que les pueda ayudar.

El caso de Carmen

Carmen, una señora de 44 años con dos hijos de 16 y 18 años notaba una presión en la parte baja de la pelvis desde hacía varios años.

A Carmen (nombre ficticio de la paciente) le costaba poder mantener el tampón en su sitio y, al bañarse en el mar o en la piscina, el agua le caía por la vagina unos minutos después de acabar el baño.

Esta paciente, al igual que otras, no consultaba con su ginecóloga este tipo de problemas ya que consideraba que era normal y que probablemente no existía solución.

Sin embargo, el dolor iba en aumento y cada vez se encontraba peor, hasta que un día decidió acudir a la consulta.

Semanas atrás había empezado a notar un dolor muy fuerte  en la parte inferior de la espalda y sintió como si  un bulto le saliera por la vagina. Cuando la paciente llegó a la consulta estaba aterrorizada porque al sentarse notaba como si estuviese encima de una pelota.

Carmen presentaba un prolapso de los órganos de la pelvis (útero, vejiga y recto).  Este tipo de problema ocurre cuando el soporte o “sostén” de la vagina se pierde y estos órganos descienden de su posición anatómica normal.  En la mayoría de los casos las mujeres notan o experimentan un bulto que les sale por la vagina y puede ir acompañado o no de incontinencia urinaria  y en menos ocasiones de incontinencia de gases o fecal.

El caso de Marta

El caso de Marta (nombre ficticio de la paciente) fue algo similar. Con 48 años y 3 partos vaginales, Marta presentaba escapes de orina cuando realizaba ejercicio o footing. Cansada, decidió dejar de hacer deporte porque pensó que no tenía solución y que ese problema perduraría para siempre.

Cuando acudió a la consulta, se le aconsejó rehabilitación del suelo de la pelvis, pero apenas mejoró. Finalmente, tras valorar el caso, se le colocó una banda suburetral, un tratamiento que consiste en colocar una cinta de polipropileno por debajo de la uretra. La sintomatología desapareció y Marta pudo volver a correr y a hacer deporte como antes.

Tiene solución

Estos tipos de problemas tienen solución, bien sea mediante la práctica de  ejercicios de Kegel, conos vaginales o incluso cirugía.

Hay veces que se debe operar ya que a veces el tejido está dañado o roto y hay que repararlo. No obstante, estas intervenciones son mínimamente invasivas. Además,  no importa cuál sea al tratamiento, lo importante es que existe una solución.

 

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