No tenemos que vivir con incontinencia
La incontinencia es una patología más común de lo que creemos, sobre todo en edades avanzadas y en muchos casos, tiene solución permanente, aunque en muchos casos se convive con ella y no se acude a un especialista. De los 6 millones de mujeres que tienen incontinencia en España, aproximadamente el 80% no acuden a su médico.
La semana pasada una amiga, madre de tres hijos, me comentaba que no puede correr ni saltar en el gimnasio porque el mínimo esfuerzo se asocia a escapes de orina.
Ella es profesora y no se puede apuntar a una carrera solidaria organizada por su colegio porque se le escapa la orina al empezar a correr. Lo que más me preocupó es que me dijo que no pasaba nada, que lo consideraba normal, y que la solución consistía en no asistir a la carrera aunque reconoce que le sabe muy mal y que le haría mucha ilusión participar.
Debido a esto, por primera vez se planteó en serio y pensó que sería conveniente buscar una solución y, aunque este problema hace años que lo padece, es ahora cuando se ha decidido a consultar y pedir hora.
Este hecho sería comparable a no usar gafas para leer una novela, o para ver los símbolos del móvil o la carta de un restaurante… y es evidente que casi todas las personas acuden al oftalmólogo para corregir la visión. Además la mayoría de personas mayores de 45 años necesitan el uso de lentes para la visión de cerca y no conocemos a nadie que si ha perdido la visión de cerca no utilice gafas para leer.
Por lo tanto y después de este testimonio podemos deducir que es muy difícil conocer con exactitud el número de mujeres que padecen incontinencia urinaria ya que en una proporción importante éstas no acuden a un especialista.
Se calcula que la padecen un 25% de mujeres a partir de los 35 años y que a medida que avanza la edad aumenta la proporción afectando hasta el 60 % de las mujeres de 65 años.
El 80% de las mujeres con incontinencia no van al médico
Estas proporciones corresponderían aproximadamente a 6 millones de mujeres en España teniendo en cuenta que más de un 80% no se lo explican a su médico a pesar de acudir a consultas y revisiones, y que la mayoría de los casos es por vergüenza o por considerarla como algo normal e inevitable con el paso de los años. Otras veces por falta de información, porqué no quieren hablar del tema o porqué se piensan que no tiene solución.
Si la incontinencia aparece en el periodo inmediato después de un parto vaginal, generalmente es secundaria al estiramiento de los músculos del suelo de la pelvis y suele recuperarse en aproximadamente el 80% de las mujeres.
La incontinencia urinaria es una enfermedad que no duele y no se ve, pero las personas que la sufren se sienten aisladas socialmente, puede llegar a ser invalidante e interferir en las actividades grupales como salidas, excursiones y otros eventos sociales. Pudiendo llegar a interferir la vida de pareja y en las relaciones sexuales.
Deben conocer que sí que existe tratamiento y a veces es fisioterapia, fármacos y en ocasiones cirugía. Si la incontinencia urinaria es aislada y requiere cirugía se soluciona con la reparación de las fascias y/o colocación de una malla por debajo de la uretra. Cuando se asocia a otros defectos de las estructuras del suelo de la pelvis la cirugía repara y fija las zonas alteradas con la finalidad de corregir todos los defectos y recuperar su funcionalidad.
El tratamiento depende de cada caso y se individualiza en función de la gravedad de los síntomas y de las alteraciones anatómicas asociadas, pero lo más importante a recordar y conocer es que existe una solución para mejorar esta afección y que las modalidades de tratamiento son diversas.
Me alegro que mi amiga se haya decidido a consultar y a buscar una solución , ya que cuando se haya curado se arrepentirá de no haber consultado antes.