La evolución ha llevado a un parto más difícil

Cada vez que asisto a un parto, no deja de sorprenderme la llegada de un recién nacido. Cada nacimiento es un misterio que aporta dinamismo, continuidad, la apertura a una nueva vida, responsabilidad, desprendimiento y generosidad.

A lo largo de la evolución de la especie humana, hace unos seis millones de años, nuestros ancestros bajaron de los árboles y pasaron de ser cuadrúpedos arborícolas a ser bípedos terrestres.

Posteriormente , hace unos cuatro millones de años, apareció el primer género de primates bípedos diversificándose después en varios géneros de homínidos.  La marcha bípeda (a dos patas) resultó favorecida para la selección natural. Cambió la anatomía de nuestros huesos, músculos, columna y la forma de la cadera,  favoreciendo que la marcha fuese estable resistente y eficiente. Como inconveniente tenemos los dolores de espalda, las hernias discales, las luxaciones de rodilla y los esguinces de tobillo.

¿Un parto difícil?

Por otro lado el crecimiento extraordinario del cerebro y, por tanto del cráneo, no se pudo acompañar de un ensanchamiento paralelo de la pelvis, y condujo a un parto difícil. En la mujer, el parto está lleno de dificultades pues el feto tiene la cabeza grande y el canal de parto es más estrecho.

Otra consecuencia de la dificultad del parto es que el cerebro del recién nacido aún no ha alcanzado su tamaño definitivo dentro del útero (si no, no podría nacer, pues la cabeza no cabría por el canal del parto) por lo que la maduración cerebral tiene lugar tras el nacimiento y el periodo de crianza es largo.

La necesidad de ayuda en el parto y el largo periodo  de cuidado parental hacia las crías contribuyeron a afianzar la tendencia humana hacia la sociabilidad. No hay que olvidar que hasta épocas muy recientes un alto porcentaje de mujeres morían en el parto y una gran proporción de niños durante su crianza.

La evolución humana siguió hasta conseguir una mano prensil, una pinza de gran precisión en continua coordinación con el cerebro.  La selección natural iba escogiendo cambios, provocados por mutaciones del genoma humano, de vez en cuando se producían al azar, como por ejemplo un cráneo mayor y una mandíbula menor.

Posteriormente hace 2,5 millones de años, apareció el género Homo con todo tipo de habilidades manuales, usando instrumentos de madera, fibra, hueso y piedra, hasta que nuestra especie humana “Homo Sapiens” se desarrolló hace unos 200.000 años y fue desplazando a otras especies de Homo y extinguiéndolos debido a la lenta e implacable competición por los hábitats.